Esto
no es un escrito de los que acostumbro hacer, en realidad esto es más
una carta, sin un nombre exacto que identifique el para quien, pero
si con una persona exacta, que estoy totalmente segura de que se
reconocerá, y quizás algunos cercanos lo identificaran.
Esto
va para usted, el que compartió tantos juegos de mi mano, el que
ganó carreras corriendo que al final solo nos daba un status entre
los dos : “El más rápido”. Usted, el que alguna vez creyó que
no podía más, que no podía seguir adelante y yo decidí sostener
tu mano, para que supieras que siempre estaría para ti. A usted, que
me hizo promesas que quizás ya ni te acuerdas, pero que en mi
corazón están guardadas bajo alta seguridad. A usted que compartió
los mejores años de mi vida, los mejores recuerdos y sobre todo, los
mejores momentos. Si, a usted, el que parecía el hombre más
debilucho, pero el más noble y tierno con los animales, el más
sensible, y el más caballeroso en cualquier fiesta que llegaba, a
usted que siempre he extrañado, que desde que partió rumbo a un
lugar muy lejano, lo sentía aquí, a mi lado, durmiendo todas las
noches conmigo, y despertándome todas las mañanas para ver muñecos.
Quiero
decirle a usted, que lo recuerdo como el niño que eras, que no
quiero que crezcas, y obviamente no me refiero a estatura, me refiero
estrictamente a ser la persona maravillosa que conocí, quiero
decirle que usted es muy especial como para guardar rencores, que te
ha tocado que enfrentar uno de los peores problemas que un niño
débil y prematuro podía tener: la ausencia de un padre. Pero no de
una figura paterna, porque siempre la tuviste, nunca te faltó amor,
ni sonrisas, y muchos menos cosquillas. A usted, que se pone rojo
cuando se enoja, que aprieta los puños cuando se siente impotente,
que levanta una ceja cuando escucha ideas, a usted, no le quiero
decir que no haga su vida, quiero decirle que la viva, que la
disfrute pero siempre siendo agradecido.
A
usted, que se le olvidó que el día de la madre es lo más
importante, no estoy mendigando amor, porque se que en tu interior
hay suficiente, solo que no se en que momento decidiste reprimirlo.
No
te pido muchas cosas, solo que haga una introspección y se responda
si en verdad es feliz. A usted no le estoy pidiendo que abandone
personas, no, eso jamás, porque tu sabes el dolor que causa eso, y
yo lo sé también.
A
usted, que recuerdo con sus carcajadas gigantes, quiero decirle que
usted se ha convertido solo en recuerdos selectivos. Que quiero vivir
en su presente, que no me basta con un mensaje online, mi idea no es
sacarte en cara cosas, mi idea es que intentes entender como me
siento, como nos sentimos.
Esta
carta no va para ningun nombre en especial, va para un HOMBRE en
especial, que quiero que entienda que no está solo, que lo amo, como
mi hermano, como mi gemelo, como mi otra mitad. Porque yo se que él,
o bueno, que usted me entiende, porque no somos como esos gemelos que
alguna vez vimos en televisión que tienen telepatía, pero si
tenemos sentimientos y son muy parecidos, o por lo menos es lo que
lucho por recordar.
A
usted, quiero pedirle que no me responda, que no me diga “gracias
micha” o “lo leeré después” a usted quiero decirle que por
favor, tome medidas en el asunto, que me duele sentirlo tan distante,
que un mensaje no me sirve, que yo quiero ver acciones, y si no las
toma, pues está bien, asumiré tu parecer, y tomaré distancia, no
por resentimiento, si no porque es lo que has decidido, y lo que como
personas mayores que ahora somos, debo respetar. Pero recuerda, que
siempre, siempre, siempre, estás presente en mi vida, que no hay un
día de mi vida que no piense en como estás.
Escribo
esto porque me cansé, me cansé de prometerme que todo estará bien,
que tu volverás, que no te volveré a escribir jamás, te escribo
esto, porque nunca había plasmado tantos sentimientos en una hoja,
te escribo esto porque te amo,
Con
mucho amor
Micha.